Era uno de los 2.710 buques de la clase Liberty construidos en Estados Unidos, siendo el programa más conocido ya que fue el de mayor número de construcciones, que se llevaron a cabo en 17 astilleros repartidos por todas las costas norteamericanas, perdiéndose unos 200 durante la guerra. Los buques de la clase Liberty eran cargueros con unas 9.000 toneladas de capacidad de carga, propulsados por máquina alternativa de triple expansión de 2.500 C.V. que les daba unos 11 nudos de velocidad. Es un hecho poco conocido que esta clase aunque estaba constituida casi en su totalidad por cargueros también incluyó otros tipos, entre ellos 62 petroleros. Estaban proyectados para una vida útil de unos cinco años pero a pesar de los fallos de diseño sorprendieron por su dureza y longevidad, llegando muchos hasta la década de los 70. Su gran número y duración hizo que su capacidad de carga se convirtiese en tamaño estándar para la contratación de partidas de graneles. Actualmente una de las mayores marinas mercantes mundiales es la griega, y empezó su crecimiento con la adjudicación y compra de 98 de estos buques en 1947, adquiriendo con el tiempo más de 500. En España sólo hubo un Liberty, el Rio Tajo, que después de sufrir graves daños fue comprado en 1952 como chatarra por Fernando María Pereda Aparicio y reparado, siendo después sus armadores: Nicomedes García, Marcosa y Naviera de Cantabria. Fue desguazado en 1975.
La segunda por número de construcciones, aunque no llegó ni a la quinta parte, fue la clase Victory, en la que se construyeron la también increíble cantidad de 534, dividida entre 6 astilleros. En este caso las pérdidas fueron muy limitadas, ya que sólo fueron cinco, al empezar a entregarse a primeros de 1944, cuando la guerra estaba ya en su fase final. En España hubo tres Victory, dos de ellos mercantes, los Begoña y Montserrat, de Trasatlántica, y uno de la Armada, el transporte de ataque Aragon.
En el caso del Henry Miller fue torpedeado el 3 de enero de 1945 por el submarino U-870 en las cercanías del Estrecho de Gibraltar. Fue llevado a Málaga donde permaneció cada vez en peor estado, como muestra la foto, hasta ser desguazado en 1948. Se ve que las condiciones en que quedó no animaron a ningún armador español a comprarle y repararle como en el caso de arriba.
